Al desarrollar el plan ejecutivo para un proyecto de negocio, se busca principalmente diagnosticar la potencialidad de la idea, en base a la información que se tenga del mercado, las tendencias a largo plazo, y la proyección de cifras para establecer el momento de recuperación de la inversión.

Es usual, que la estrategia comercial sea uno de los últimos detalles que se atienden en el plan de negocio que rige el proyecto y en la mayoría de los casos, las empresas buscan competir en los precios, y en las extensiones al producto, como lo son las promociones de regalo, el 2X1, los descuentos, o bien la variación de las modalidades del producto o servicio, como son los combos, paquetes, sabores, colores, etc.

Pero ante un mundo mercantil en el que existen muchos productos compitiendo para satisfacer una sola necesidad, vemos que no todas las empresas han salido airosas en este duelo comercial, de hecho la saturación del mercado entre competidores directos e indirectos es uno de los problemas a vencer más usuales a los que se enfrentan los nuevos emprendedores, así como los veteranos de rubro.

La historia nos revela en el nivel de las pequeñas y medianas empresas, como en el de los corporativos que compiten en la carrera por los grandes mercados, que existe una gran cantidad de ejemplos en el que el éxito o fracaso de un negocio se vió directamente relacionado a la capacidad que estos hayan tenido para proponer su oferta e idea de su proyecto al consumidor.

– Sergio Arellano

Fundador / CEO de Watermark Team